Al ofrecer inmensos recursos, producir el 50% del oxígeno que respiramos y absorber el 25% de las emisiones de gases verdes del mundo, nuestros océanos están amenazados por las presiones del cambio climático, la contaminación, los plásticos y la pesca excesiva.
Hoy, sobre la base del producto bruto marino, el océano es la séptima economía más grande del mundo y el valor estimado general de los activos oceánicos representa más de 24 billones de dólares.
Sin embargo, solo el 4% del océano global disfruta de un estado protegido. Además, si continúan las tasas de pesca actuales, las pesquerías del mundo colapsarán para 2048 y, a las tasas actuales de aumento de la temperatura, los arrecifes de coral desaparecerán para 2050. Las especies marinas emblemáticas también están en peligro de extinción, como los tiburones con cien millones de muertes cada año.
La persistencia de la contaminación causada por el plástico significa que su presencia en el mar es uno de los mayores desastres ambientales para nuestro futuro. Una vez descartado en el medio natural, el plástico puede tardar hasta 500 años en desaparecer. Bajo el efecto del sol, se rompe en fragmentos y genera una especie de «sopa de plástico». Acumulando en el fondo marino, contribuye al agotamiento del oxígeno. Puede también asfixiar la fauna que lo ingiere o quedar atrapada. Convirtiéndose en parte de la cadena alimentaria, plantea un grave problema de salud pública. Al fragmentarse, el material se vuelve invisible pero su presencia es aún dañina.
Frente a esta especialización, la Fundación participa en diferentes niveles para frenar la entrada de plástico en el mar.
Enfrentando estos desafíos globales y estas grandes amenazas para el medio ambiente, la Princess Camilla of Bourbon Charitable Foundation está tomando medidas para cambiar la tendencia y promover un océano sostenible para crear una nueva alianza entre la humanidad y el océano; la única que pueda garantizar nuestro futuro.